En este futuro incierto se multiplicarán los cultivos de coca y la cocaína será la reina de las calles, se incrementarán los delitos, se profundizará la pobreza.
Con la llegada del 2023 muchos colombianos deseamos paz, salud, éxitos y muchas alegrías para nuestros familiares y amigos, pero con las decisiones del actual Gobierno estos deseos no será fácil materializarlos; nuevamente se abre la puerta para el fortalecimiento de los grupos delincuenciales, con el aval sincero o cómplice del Gobierno de turno, donde la autoridad legítima del Estado representada en su fuerza pública es obligada a dejar libre el espacio para que se multiplique el delito y se fortalezcan en el campo armado, económico, logístico y político los grupos al margen de la ley, como siempre ha sucedido con el ELN o con las Farc en el Caguán.
En la búsqueda de la paz total, Petro anuncia un cese bilateral del fuego por su acuerdo con el ELN, disidencias de las Farc y el Clan del Golfo, donde las fuerzas legítimas del Estado que defienden a la sociedad son colocadas al mismo nivel de los grupos delincuenciales y les impide actuar en defensa de los ciudadanos de bien. Señor Petro, recuerde que estas no son negociaciones entre iguales, el estado es soberano y es su responsabilidad mantenerlo en este nivel, así como debe quedar claro que los integrantes del ELN y de los otros grupos delincuenciales son una minoría de forajidos y no son los representantes del pueblo colombiano.
En las últimas décadas ha habido dialogo de los diferentes gobiernos con el ELN, las cuales han sido totalmente infructuosos y calificadas como una historia de fracasos, pues solo han servido para fortalecer a este grupo delincuencial; en el gobierno de Betancur se logró la aprobación de una Ley de Amnistía a la cual no se acogió ninguna organización; posteriormente en el gobierno de Gaviria se adelantaron las negociaciones de Tlaxcala (México) suspendidas por el asesinato del exministro Duran Quintero a manos del EPL; en este gobierno se dividieron los miembros del ELN y la Corriente de Renovación Socialista se reintegró a la sociedad con unos 650 integrantes.
En el gobierno de Samper se firma el Pacto Secreto de Viana (Madrid) para la realización de la Convención Nacional por la Paz, pero la muerte de su cabecilla alias El Cura Pérez impide su aprobación por el ELN. Se llevó a cabo el Acuerdo de Maguncia (Alemania) conocido igualmente como Acuerdo de Puerta del Cielo donde en forma aberrante acuerdan entre otros aspectos que para humanizar la guerra solo secuestraran personas menores de 65 años, que no sean menores de edad y que no sean mujeres embarazadas; aquí estuvo presente Juan Manuel Santos y fue uno de los firmantes por la Sociedad Civil.
En el gobierno de Pastrana se adelantaron las gestiones para la realización de una Convención Nacional y en el gobierno de Uribe se adelantaron acercamientos formales con el ELN en México y posteriormente se apoyaron en otros países. En el gobierno de Santos se adelantó una fase exploratoria de conversaciones de paz con el ELN y en el gobierno de Duque se condicionaron las negociaciones a la liberación de todos los secuestrados y al compromiso de cesar toda actividad criminal. Su respuesta fue la masacre de la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional con el asesinato de 22 cadetes y 68 heridos.
Las negociaciones con los grupos al margen de la ley son siempre bienvenidas, si se logra que dejen de delinquir, pero se debe exigir el cese unilateral por parte de quienes están fuera de la ley y su concentración, no se debe amordazar al estado y a sus representantes. Estos primeros seis meses de negociación y su posible prorroga servirán para que con el empleo de las armas y el dinero del narcotráfico se lleve a cabo una profunda penetración ideológica en las diferentes poblaciones para repuntar en las elecciones del 29 de octubre de 2023, donde se elegirán 32 gobernadores, 1101 alcaldes municipales, diputados a las Asambleas Departamentales, concejales en los municipios y ediles en las Juntas Administradoras Locales de todo el país. Si la izquierda obtiene la mayoría, apague y vámonos.
Se están colocando en el tablero político todas las fichas por parte de la izquierda para perpetrarse en el poder; Bolívar ya renunció al Congreso para alistarse a la Alcaldía de Bogotá, donde sin duda contará con el apoyo irrestricto de sus aliados, los dulces integrantes de la primera línea, quienes con la dirección de los voceros de paz que han sido liberados y los próximos que saldrán por una decisión de Petro en un golpe de Estado a la justicia colombiana, estarán presionando a la población para lograr su voto a favor de la izquierda que se está apoderando del continente suramericano, frente a la mirada indiferente de los políticos que, ciegos por la ambición del poder, no se unen para derrotar la amenaza que hoy nos asfixia.
Vamos a vivir las mismas experiencias del gobierno Santos con las Farc; quedarán impunes muchos crímenes de lesa humanidad como la masacre de la Escuela de Cadetes de la Policía, la masacre de Machuca, los ecocidios producidos por miles de voladuras de los oleoductos, el detrimento de la riqueza del país por la pérdida de petróleo y sus derivados, los miles de secuestros y las extorsiones a muchas compañías como a la Mannesmann y les otorgarán curules en el Congreso para mantener siempre las mayorías a disposición del gobierno socialista.
En este futuro incierto se multiplicarán los cultivos de coca y la cocaína será la reina de las calles, se incrementarán los delitos, se profundizará la pobreza. Habrá amnistías e indultos, pero no habrá paz si no no hay justicia, especialmente cuando ésta se convierte en instrumento del poder.
Fuente : El Espectador , Johan López ,