En el tema de la compra-venta de armas, los enemigos se vuelven amigos y los amigos se tornan enemigos.
El presidente Petro que, como candidato, se había opuesto frontalmente a la adquisición de 16 aviones de combate para la Fuerza Aérea, finalmente después de haber roto, a bordo de un desueto Kéfir, la barrera del sonido, cambió de opinión.
Sin embargo, ahora, al parecer la compra de los aviones se cayó por razones de carácter administrativo. Entre los aviones seleccionados se encontraban los franceses Rafael. En los próximos meses seguirá la polémica sobre la adquisición de los 16 aviones.
Faltará ver si ante el dinámico desarrollo de la tecnología militar, que ha experimentado el mundo a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania, cuando finalmente se adquieran los aviones y lleguen a nuestro país estos ya estran obsoletos.
Son las grandes potencias, y algunas otras no tan grandes, las que tienen en el negocio de la venta de armas como uno de los rubros fundamentales de sus respectivas economías. La industria de las armas, ha sido el más poderoso negocio de la humanidad. Alrededor de ella se han iniciado guerras, roto alianzas y fomentado confrontaciones.
Hace poco, la Otan estuvo al borde de una enorme crisis y las relaciones entre Francia y los Estados Unidos cayeron a un punto crítico, cuando el Gobierno australiano canceló un contrato con Francia para la compra de 12 submarinos nucleares y optó por unos más sencillos de fabricación norteamericana.
El Gobierno australiano para deshacer Del negocio adujo que en realidad el país no necesitaba submarinos nucleares. ¡Que tal! O los autores del contrato inicial fueron unos locos o los decidieron deshacerlo, unos irresponsables.
Los franceses se sacaron el clavo y vendieron 48 aviones Rafael a Indonesia y luego 80 a Emiratos Árabes, un estado de 83600 kilómetros cuadrados, menor que un departamento de Colombia.
Los Estados Unidos se han hecho los de la vista gorda sobre las flagrantes violaciones a los derechos humanos en Arabia Saudita, teniendo en cuenta que es principal cliente para la compra de armamentos norteamericanos.
En la época en que estuvimos en una de las crisis con Venezuela, Caracas compró 16 aviones norteamericanos F-16, los más sofisticados del momento. Colombia, en ese entonces amigo incondicional de los Estados Unidos, ante la posibilidad de una acción armada por parte de Venezuela, solicitó a Washington que aplazara la entrega de los aviones. En un “gesto magnánimo” Washington aceptó aplazar una semana la entrega.
Algunos se han preguntado cómo serían las relaciones actuales entre Venezuela y los Estados Unidos o entre Venezuela y Francia si Chávez, en lugar de comprar aviones rusos Sukoy, hubiera adquirido aviones norteamericanos o franceses de última generación.
En el tema de la compra-venta de armas, no hay alianzas ni amistades que valgan. Los enemigos se vuelven amigos y los amigos se tornan enemigos.
(*) Decano de la facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario.
Fuente : El Tiempo , Johan López