Este jueves fue lanzado el informe nacional 2022-2023, realizado por el Consejo Privado. Estos son los desafíos para que Colombia deje de rajarse en competitividad.
Colombia no ha sido capaz de crear una clase media robusta, y ese segmento de la pirámide socioeconómica es la que impulsa la economía a través del consumo. El 50 % de la población trabaja en la informalidad, es decir, no es visible para los registros del Estado, lo que ayuda a que el país tenga un bajo recaudo tributario. La justicia, la seguridad, la educación, la oportunidad de empleo, el desarrollo de la infraestructura. Todos esos son componentes claves para la competitividad de una nación y, en esta, si bien se han dado avances en varios frentes, seguimos rezagados.
Esas son las verdades que evidencia el Informe Nacional de Competitividad 2022-2023, que fue lanzado este jueves por el Consejo Privado de Competitividad, que es presidido por Ana Fernanda Maiguashca.
Ajustar lo que no se está haciendo del todo bien es el fin de las revisiones, los diagnósticos y las recomendaciones que se incluyen en el informe, en el cual, para la versión 2022-2023 hace recomendaciones en justicia y seguridad, en economía digital, en energía, en educación, en salud, en mercado laboral.
El listado es largo y los panelistas que formaron parte del debate alrededor del informe advierten sobre temas en los que no nos podemos engañar. Es reiterativo que se hable de los altos crecimientos de la economía, pues se compara con el promedio de la región que, al decir de una de las voces que intervino, “es malísimo, por lo tanto, el crecimiento de Colombia es mediocre”.
Tan es así que, aunque los números de la producción suban, el mercado laboral se queda y, en parte, tiene que ver con otra de las críticas que salieron a relucir en el informe: “En nuestro país se le ponen impuestos a lo formal y se subsidia lo informal”.
Los jóvenes estudian y hacen grandes inversiones en su formación y no logran engancharse bien en el mercado laboral, el cual, “tiene una estructura rara”, dijo una de las panelistas. A las empresas se les carga con impuestos, pero también hay compañías gigantescas que no tienen competidores y es lo que los expertos en competitividad destacan como necesario para que haya dinamismo, pues se abaratan los precios, se incrementa el consumo y, en general, se mueve todo alrededor de un círculo virtuoso.
Debilidades y soluciones
1. Eficiencia del Estado
“En Colombia tenemos una gran cantidad de normas e instrumentos, muchos de ellos mal concebidos y con poca capacidad de solucionar los problemas que debería atender la política pública”, dice el informe.
Concretamente, el documento pone como ejemplo el hecho, según el cual “la mitad de las normas emitidas en 2021 fueron de carácter no sustancial, es decir, atendían asuntos administrativos”. Se expiden leyes, pero no se les hace seguimiento al cumplimiento de los objetivos de la norma, a excepción de algunos casos muy puntuales.
2. Justicia y seguridad
En este componente, el informe de competitividad detalló en que 23 % de los ciudadanos desconocen la acción de tutela como mecanismo de protección de los derechos fundamentales. Eso, sin contar con que el 80 % consideró que al acceder a la justicia su problema no se soluciona.
Esa misma ineficiencia destruye la confianza en las instituciones de justicia. Es así como, 50 % de los ciudadanos desconfía de los jueces y magistrados, los partidos políticos y el Congreso de la República.
En el total del país, cerca del 44 % de los ciudadanos se sienten inseguros o muy inseguros en sus ciudades o municipios. Es decir, la justicia se raja totalmente.
3. Infraestructura de transporte
Aunque todos los componentes son claves para la competitividad, al enfocarse en el empleo y las empresas que lo generan, es importante el desarrollo de la infraestructura del transporte. Nadie hace una inversión en una ciudad sin vías y el flujo de población del campo hacia las urbes también es consecuencia del atraso en el desarrollo de la infraestructura de las regiones apartadas.
Por eso, el tema es un importante reto, según el informe. Más aún, si la realidad es desastrosa, como la que muestra el hecho de que, aunque “las vías terciarias representan el 69 % de la red vial del país y 94 % de estas se encuentra en mal estado”. ¿Cómo saca un campesino sus productos a buen precio del lugar en el que los produce si no hay vías?
4. Energía para producir en medio de la transición energética
Es bien sabido que uno de los mayores costos de producción es el que pone la energía, que es el insumo necesario para el desarrollo de cualquier actividad productiva.
Según el informe, este componente “enfrenta disyuntivas importantes dada la falta de claridad con relación a los parámetros de la transición energética y el balance entre costos y beneficios en el tiempo de la transición energética”.
Hay que subrayar que, en el informe de competitividad, se expone la predominancia del gas natural, que entre enero de 2020 y mayo de 2022 representó el 52 % del consumo de combustibles destinados a la generación de energía térmica, siendo un energético de transición primordial”.
En medio de los fuertes debates que se dan en el país, por una transición energética, se deja ver el dato según el cual, “en 2020 cerca del 44,4 % de la energía consumida por la economía fue utilizada de forma ineficiente, mientras que las pérdidas de energía representaron el 21,0 % de la demanda en 2022″.
5. Digitalización de la economía
El tema de la digitalización, para el Consejo Privado de Competitividad, se ha vuelto una condición transversal si queremos ser más competitivos.
También este componente enfrenta grandes retos. La desigualdad en el acceso es una de las talanqueras. “En los hogares del cuartil 1 de la distribución, solo el 21,9 % tiene conexión a internet, mientras que en el cuartil 4 esta cifra asciende a 86,2 %”.
Hay 17 departamentos del país que tienen menos del 50 % de los hogares con acceso a internet, mientras que en la capital del país la cifra asciende a 81,5 %. ¿Cómo se pretende retener a la gente en zonas de poca conectividad?.
6. Educación
Es sin duda lo más importante para que un país logre mover todas las variables que lo lleven a avanzar en competitividad.
En nuestro país, el 73 % de los estudiantes de grado 11 quisiera tener más información sobre el paso a la educación superior, pero no sabe cómo obtenerla. Algo que parece increíble.
En pleno siglo XXI, el 8,4 % de los hogares colombianos tienen por lo menos un miembro de su hogar mayor de 15 años que no sabe leer ni escribir.
7. Sin empleo, ¿qué?
Uno de los temas en los que más enfatiza el informe de competitividad es en el empleo, alrededor del cual, hacen las más fuertes críticas, por considerar que es un tema priroritario frente a muchos otros problemas del país. Por ello, subrayan que el 27,8 % de la población entre 15 y 24 años se encontraba en 2022 sin empleo ni educación. “Es aquí donde estamos perdiendo el futuro”, concluyen.
Fuente : Johan Lopez