La empresa Novartis ha desarrollado un fármaco llamado Inclisirán.
Todo comenzó con un enigma por resolver. Dos mujeres, una estadounidense y otra de Zimbabwe, poseían niveles excepcionalmente bajos de LDL, comúnmente conocido como colesterol ‘malo’. Mientras la mayoría de la población se preocupa por mantener sus niveles de LDL por debajo de 200, estas mujeres apenas alcanzaban los 15 mg por decilitro de sangre, una cantidad extraordinariamente baja si se compara con los 70 mg/dl que se encuentran en el análisis de sangre de un bebé o los 100 de una persona sana y activa sin problemas de colesterol.
Lo más intrigante era que sus asombrosos niveles no se veían afectados ni por una dieta alta en grasas ni por un estilo de vida poco saludable.
El secreto detrás de este fenómeno radicaba en una mutación genética en el gen PCSK9, el cual desempeña un papel crucial en el metabolismo del colesterol. Cuando este gen se inhibe, la producción de colesterol dañino disminuye significativamente.
Este descubrimiento científico dio lugar a diversas investigaciones que han estado dando resultados positivos durante años en la lucha contra uno de los peores enemigos del corazón. El avance más reciente es un tratamiento inyectable que mantiene el colesterol ‘malo’ bajo control con solo dos inyecciones al año. Este tratamiento logra su efectividad al inhibir la producción de PCSK9 en el hígado.
La empresa Novartis ha desarrollado un fármaco llamado Inclisirán, comercializado como Leqvio, que será financiado por el Ministerio de Sanidad en casos de alto riesgo. Estos casos incluyen a pacientes con enfermedades cardiovasculares que no logran reducir sus niveles de colesterol ‘malo’ por debajo de 100 mg/dl utilizando los tratamientos disponibles, así como cambios en la dieta y ejercicio físico.
Los ensayos clínicos, que involucraron a miles de pacientes, han confirmado la seguridad y eficacia del fármaco. Según los datos proporcionados por la compañía farmacéutica, Inclisirán ha mostrado una reducción potente y sostenida del LDL de hasta un 54% en pacientes con enfermedades cardiovasculares.
Efectos secundarios del medicamento
El nuevo medicamento se destaca por su efectividad y seguridad. Según José Luis Zamorano, jefe de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal, quien participó en los ensayos en España, los efectos secundarios observados en los ensayos clínicos son leves, lo que es fundamental para un medicamento con una duración de seis meses.
Zamorano asegura que el tratamiento es seguro, altamente efectivo y aborda el problema de la falta de cumplimiento en los tratamientos crónicos. Los pacientes solo necesitarán una inyección subcutánea cada seis meses, lo que puede coordinarse con sus visitas regulares al hospital.
A pesar de esto, los pacientes deberán seguir tomando las pastillas convencionales para el colesterol. El Ministerio de Sanidad ha autorizado la financiación del nuevo tratamiento, pero solo si los pacientes continúan con los medicamentos orales. Estas inyecciones actuarán como un complemento adicional, proporcionando una capa de seguridad, aunque no eximirán a los pacientes de los tratamientos orales.
Tecnología ARN
Inclisirán representa una innovación terapéutica pionera, ya que imita la vía natural de regulación de la expresión génica del cuerpo humano, según señala Novartis. Este medicamento se basa en una tecnología de ARN similar a la utilizada en las vacunas contra el Covid-19.
José María Mostaza, ex presidente de la Sociedad Española de Aterosclerosis y jefe de Medicina Interna del Hospital La Paz de Madrid, destaca la novedad del fármaco al actuar en una ruta no explorada previamente en el ámbito cardiovascular. A pesar de que otros medicamentos dirigidos a PCSK9 son casi igualmente efectivos, Mostaza enfatiza la conveniencia de obtener resultados comparables con solo dos inyecciones al año.
Sin embargo, Mostaza muestra preocupación por el límite establecido por el Ministerio de Sanidad para financiar el tratamiento, restringiéndolo a pacientes cuyos niveles de colesterol no bajan de 100. A su juicio, este límite económico limita las posibilidades de uso del medicamento, ya que las sociedades científicas sugieren considerarlo para pacientes con niveles de 55 o más, especialmente para aquellos que ya han sufrido un infarto o un accidente cerebrovascular.
Mostaza argumenta que reducir el colesterol es la medida más efectiva para salvar vidas, ya que el principal peligro para el corazón es la acumulación de placas de grasa en las arterias, que pueden provocar eventos cardíacos o cerebrales graves sin que el paciente sea consciente de su enfermedad.
Los estudios que llevaron a la autorización de Inclisirán han demostrado su eficacia y seguridad. Ahora, el siguiente paso es comprobar si el medicamento puede reducir la mortalidad a largo plazo y revertir la formación de placas de ateroma, que son cruciales en la aterosclerosis. Como explica Zamorano, el LDL, conocido como colesterol ‘malo’, es extremadamente resistente. Mostaza añade que si no se puede revertir el proceso, al menos se podría evitar que la acumulación de ateroma siga progresando. Estudios en esta dirección ya están en curso.
Fuente : Semana , Johan Lopez