La situación pone en grave peligro al exembajador, frente a una dictadura que se ha caracterizado por perseguir a quienes considera sus enemigos.
Sobre Armando Benedetti pesan hoy muchas amenazas. El antiguo mosquetero del presidente Gustavo Petro aseguraba en sus audios, con Laura Sarabia, que estaba dispuesto a contarlo todo, así se fueran presos, lo que dejó “con los pelos de punta” a muchos. Tras esa advertencia, que quienes la conocen dan por cierta, funcionarios del Gobierno Petro acusaron al exembajador en Venezuela con Nicolás Maduro.
Al líder venezolano le aseguraron que Benedetti, desesperado por salvarse, había ido a contar lo que sabía de él a Estados Unidos. Así se lo confirmaron a SEMANA fuentes cercanas al Gobierno. La situación pone en grave peligro al exembajador, frente a una dictadura que se ha caracterizado por perseguir a quienes considera sus enemigos y se anticipa que Benedetti, no pueda ni siquiera volver al país a recoger sus cosas.
Desde que estalló el escándalo, el tema de Venezuela ha sido uno de los grandes interrogantes. El exministro de Defensa, Diego Molano, aseguró que “De confirmarse denuncias de que dinero de campaña provino de narcodictadura de Maduro, Petro debe renunciar. Audios de Benedetti prueban carácter mafioso de este gobierno”.
De confirmarse denuncias de que dinero de campaña provino de narcodictadura de Maduro, Petro debe renunciar.
Audios de Benedetti prueban carácter mafioso de este gob.@GustavoBolivar no comience a montar novelas sobre entrampamientos, golpes blandos o perseguir a la oposición. https://t.co/NBA3eJO8VD
— Diego Molano Aponte (@Diego_Molano) June 5, 2023
La excandidata Ingrid Betancourt también se pronunció en ese sentido. “Ahora nos enteramos que quien le financió la campaña a Petro fue Maduro. Los recursos transitaron por el clan Torres, allegado a Benedetti. Laura Sarabia ad-portas de irse a la cárcel. Y Colombia controlada por Narco-Venezuela”, sostuvo. “Esto es mucho más grave que el proceso 8.000. Comienza igual, con audios, con cómplices maltratados que cantan. Pero, además, aquí hay traición a la Patria desde Presidente para abajo”, agregó.
1/1 Ahora nos enteramos que quien le financió la campaña a Petro fue Maduro. Los recursos transitaron por el clan Torres allegado a Benedetti. Laura Sarabia ad portas de irse a la carcel. Y Colombia controlada por Narco-Venezuela.https://t.co/is1fhgMie8
— Ingrid Betancourt Pulecio (@IBetancourtCol) June 5, 2023
Betancourt, cita una investigación del medio El Expediente, liderado por el periodista Gustavo Rugeles, quien asegura que esa financiación se habría dado por la vía de Euclides Torres, cabeza del grupo empresarial y político conocido como el Clan Torres.
Las airadas amenazas del exembajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, no se pueden tomar a la ligera. Pues, según los audios revelados por SEMANA, tendrían información clave de una posible financiación irregular de la campaña a la Presidencia de Gustavo Petro, por un monto de 15.000 millones de pesos, que de forma irónica dijo que no habían sido donados por emprendedores. Esto pondría la campaña en la mira de los Estados Unidos.
Además, Benedetti, como embajador en Venezuela, era conocedor de las operaciones con el Gobierno de dicho país, cuyos más altos funcionarios son considerados narcotraficantes por Estados Unidos, que los reseña como parte del Cartel de los Soles. Por eso, su relación con este Gobierno prende las alarmas.
“Tengo excelentes relaciones con el Departamento de Estado, excelentes son excelentes, pero de eso no te puedo contar, pero no es que me vaya así de espía, ni nada de eso, sino… bueno, después te cuento… y con la DEA también”, le dice Benedetti a Sarabia.
La confidencialidad con que le manifiesta esa relación, con la entidad encargada de las relaciones exteriores como el Departamento de Estado y, más aún, la DEA, que es la encargada de la lucha contra el tráfico de drogas, puede resultar en un dolor de cabeza para el gobierno del presidente Gustavo Petro en medio de las negociaciones de la ‘paz total’ que adelanta con grupos dedicados al tráfico de drogas.
Con la sombra del Proceso 8.000 cayendo sobre el Gobierno, se recuerda las complicadas relaciones que tuvo el entonces presidente Ernesto Samper, a quien desde ese momento le fue retirada la visa.
“El Departamento de Estado me llamó”, le dice Benedetti a Sarabia. Aunque hace apenas unos días le fue suspendida su visa de ingreso a los Estados Unidos, en medio de la tormenta política, en la que el exembajador ha manifestado que se encuentra solo y con la justicia respirándole en la nuca, este puede ser el destino para prender el ventilador.
Lea los chats completos entre Laura Sarabia y Armando Benedetti:
La pelea entre Laura Sarabia y Armando Benedetti fue a muerte. Así lo demuestran los chats que ambos se cruzaron en los últimos meses y que SEMANA conoció. La joven, de apenas 29 años, comenzó su carrera política trabajando con él en su unidad de trabajo legislativo, por recomendación de un amigo de la iglesia cristiana.
Había sido Benedetti quien le abrió las puertas de la campaña presidencial en la que se volvió la persona clave. En poco tiempo, llegó al curubito del poder. Era la puerta de entrada para hablar con el presidente en casi cualquier tema y la que siempre estaba a su lado.
Benedetti era consciente del papel de “zarina”, como la llamó en una columna María Isabel Rueda, que ella cumplía. Y el exembajador en Caracas, un hombre curtido en la política como pocos, sentía que él merecía más. SEMANA reveló los audios en los que él la insulta, la amenaza, se ufana de haber puesto ahí a Petro y compara lo que se vivió en la campaña con el proceso 8.000.
Aquí están las respuestas de Laura Sarabia a esos violentos audios que le envió Armando Benedetti, a través del chat. No se sabe si ella también envió audios y los borró o solo le respondió por escrito tratando de ser “prudente”. Lo cierto es que el diálogo fue de altísimo calibre.
En los mensajes que se cruzaron, Laura nunca perdió el temple, pero se veía desesperada. “La verdad que todos los días hago lo mejor que puedo. Y así como usted explotó hoy, yo también. Porque yo me mato aquí todos los días para que usted se desquite conmigo cada vez que quiere, y adicional a eso, se metan con mi familia. Que se metan con mi familia. Que se metan conmigo todo lo que quieran, pero no con mi familia. Todo desde acá es muy distinto. Y usted siempre tiene todo el derecho a reclamar su ‘espacio público’ cuando quiera”
Hay un mensaje que le escribe Laura con todo sentimiento, que al final resultó premonitorio: “Yo le pedí disculpas, le di la razón. Y usted sigue. Esa es la forma de hacer equipo. Se lo digo con todo el amor del mundo y el respeto que todavía le tengo, yo no soy su enemiga, y de verdad, si usted cree que he sido un obstáculo, pues yo me voy. De verdad”. Al final se fueron ambos.
Cuando el pasado viernes el presidente hizo público que ninguno podía seguir en el Gobierno, muy pocos tenían clara la pelea tan grave que había detrás. Era tal la rabia de Benedetti que comparaba lo que vivía con la caída de las Torres Gemelas y lanzó una amenaza. “Nos jodemos todos, sí, ustedes me joden a mí, yo los jodo a ustedes, pero se caen las Torres Gemelas. (…) Osama Bin Laden, cuando tumbó las Torres Gemelas, le importaba una mondá la imagen y si lo iban a matar o no lo iban a matar, pero tumbó las Torres Gemelas”.
Benedetti ya no se aguantaba más. “Yo lo que quiero es hacer equipo contigo, estoy aburrido en Venezuela, tú sabes que eso no es lo mío”. Y luego agrega: “Lo que yo no entiendo, Laura, lo que tú me conoces a mí. El cuento del tigre: al tigre hay que dejarle una salida porque, si no, se tira encima de las personas. Y tú sabes que yo soy tigre, que sin salida, de pronto me tiro encima de las personas”.
Las palabras que usa son de alto calibre. Se siente despreciado y sobre todo mal recompensado. “Nadie, nadie, ni Petro, trabajó más que yo en esa hijueputa campaña. Si no hubiera sido por mí, no ganan, hijueputa, no ganan nunca. Pa’ que me dé ese tratamiento: ‘Tengo que ir a grabar’, no sé qué mondá y tú emputada y la gente, nada, ¿qué hace usted aquí? Qué es eso, Laura”, sostiene en su enojo.
Con Laura está furioso porque lo deja esperando con desdén horas para atenderlo, pero, sobre todo, porque le saca en cara que gracias a que es embajador está protegido frente a su proceso en la Corte Suprema.
Sobre lo primero, ella le contesta en un chat por escrito: “De verdad lo siento, por el ‘trato’ de estos días. Tiene razón, no fue el mejor. Pero tampoco merezco que usted también cuando me necesita sí me habla bien, pero cuando quiere me trate mal”.
Y sobre lo segundo, ella también agrega: “Eso le implica (…) que sus casos vuelven a la Corte. Pero si eso quiere, insisto en eso. O que usted sea ministro. Con gusto lo hago. Si quiere también le digo al presidente que mi cargo está disponible para que usted también lo asuma y me voy”, le dice ella, altiva. Él apenas le contesta: “Ridícula”.
El tema de la Corte es sensible. Benedetti le dice: “Laura, no me amenaces con que el recurso va pa’ la Corte o no va pa’ la Corte. Eso lo decido yo, porque yo estoy a punto de resolver mi problema y esa no es la respuesta. Yo no estoy pidiendo puestos ni un culo, si me quieren echar, me echan”.
Ella en un momento le contesta: “Sigo buscando todas las opciones y las discutimos el martes con el presidente”. Benedetti le contesta: “¿Hasta ese día?… Ja, ja, ja. Así será de malas… Solo quedará rezar… OK. No te molesto más. Nos vemos el martes a las 10:00 a. m.”. Ella le responde: “Vale”.
Al embajador las explicaciones de Laura no lo convencen. “Tú manejas el poder y manejas el Gobierno y yo no estoy diciendo que me regales un puesto o me des un contrato…, pero por lo menos, ese man está afuera. Oiga, usted está aquí, siéntese aquí, así sea pantomima; no, no, no, es al contrario: es como pa’ despreciarme. No, no, no, Laura, no, no, no y perdona, pero estoy ardido desde ayer y exploté”.
Y sigue: “Pero, te insisto, te insisto, vamos a ver qué tal que uno diga, mamando gallo, quién fue el que puso la plata aquí en la Costa… Jum…”.
El embajador continúa la pelea en otro tono: ”Tú me dices que tú fuiste muy leal conmigo, que me ayudaste para que no me pusieran preso y llegas a la Presidencia, marica, y como si no me conocieras, le fue mejor a Prada contigo, que nunca trabajó contigo, que no hizo un culo de campaña, le fue mejor a Roy contigo, les fue mejor a todos los ministros que están allá, que no sirven para un culo. ¿Cómo así?”.
Los audios en poder de SEMANA están llenos de amenazas. Benedetti le pide que lea la historia de Colombia para que sepa cómo comenzó el proceso 8.000. El embajador habla de la plata de la Costa y saca en cara su papel en la campaña. “Entonces, por favor, por favor, no me vengas a decir que fue por güeva (…) que yo estuve allá, por lo que sea (…) amarrar gente, nadie me deja tirado tres horas ahí, un man que hizo cien reuniones en una campaña política, un man que consiguió 15 000 millones y ahora…, que busqué toda la plata y tú lo sabes más que nadie, pa’ que se fuera a los hoteles, para que se viniera para acá y todo lo demás”.
Benedetti insiste en que él merece un mejor cargo. “Lo correcto es que yo estuviera en Colombia, trabajando, hijueputa, no sé, donde te dé la hijueputa gana. No voy a competir contigo, no quiero competir contigo, no me ofrezcas un cargo del cual yo no tengo potestad. Entonces, mejor dilo, si tú no eres capaz de aceptar que tú te has portado como una mierda conmigo (…)”.
Laura, en medio de toda esa pelea, nunca pierde los estribos. En una de esas ocasiones le contesta: “Venga a Bogotá y nos sentamos con el presidente. Y ya resolvemos esto. De verdad yo no voy a pelear más, no me interesa. Yo no estoy engañando a nadie ni nada. Sentémonos los tres y ponemos todo sobre la mesa”.
Laura le insiste en que si lo que quiere es su puesto, que lo coja. “El presidente quiere que usted organice el mapa político y prepare todo para las elecciones de octubre… Si quiere también le digo al presidente que mi cargo está disponible para que usted también lo asuma. Y yo me voy”.
Benedetti se desespera. “No me jodas más con tu puesto, yo no quiero tu hijueputa puesto, me vale verga tu puesto, no quiero esa mondá, no quiero estar en Palacio, no quiero ser el constructor de todas las cagadas que llevan ahí, no quiero… Te lo juro, eso me sabe a mierda, te lo juro; no me jodas más con tu puesto, no quiero tu hijueputa puesto, tú fuiste la que me ofreció algo en el Ministerio del Interior, no había nadie mejor en el planeta Tierra, nadie te ayudaría más que yo. (…)
Entonces, búscame una solución rápida, la que sea, pero ya me estoy emputando de verdad, Laura, porque tú eres una persona diferente hoy y ayer a la que fuiste el domingo, pero del cielo a la tierra”.
Benedetti, en una de las conversaciones, le da una salida: “Quedamos que era la Cancillería o el Ministerio del Interior, los dos te los firmo, pero yo sé que te puede ayudar más a ti el Ministerio del Interior, haciendo equipo sacamos todo… O sea, cuántos meses necesitas tú para que…, cuántos meses necesitas tú para saber que Velasco no te va a ayudar con la tarea y que vas a perder las elecciones”.
En su reclamo, Benedetti critica el nombramiento de Luis Fernando Velasco, que apenas llevaba unos días.
Laura, en medio de todas esas recriminaciones, un día le contesta: “¿Quiere hacer equipo conmigo? Uno no lo pide a las patadas. Las formas son importantes. Así como usted tiene razón que no fue el mejor trato en estos días, este tampoco es el mejor conmigo”.
Benedetti le dice entonces: “Yo no es que quiera hacer equipo contigo, fuimos un equipo y tú dejaste de ser un equipo, son dos cosas completamente diferentes, y no es que te esté tratando mal, yo me estoy es lamentando, yo me estoy quejando, yo todavía no he tratado mal a nadie como lo sé hacer. Son dos cosas completamente diferentes, lo tuyo es pensado, premeditado”.
Fuente : Semana , Linda Rodríguez