Además, la misma sustancia afecta en gran manera al deterioro de otros sistemas.
La memoria, así como las demás facultades mentales, son consideradas por los médicos como un tesoro invaluable. Y es que la razón detrás de tal definición es que actualmente, con las condiciones de vida actuales, no son recursos con los que todo el mundo cuente, ni de los que muchas personas disfruten al llegar a una edad avanzada.
Asimismo, el Alzhéimer, que es una enfermedad neurodegenerativa que ataca a tales facultades, cada vez está afligiendo a hombres y mujeres de menor edad. Asimismo, siguen los enigmas alrededor de su prevención, tratamiento y posible cura.
En medio a tal incertidumbre, los científicos de la salud avanzan lo más rápido que puedan en la búsqueda de patrones que les permitan identificar causas plausibles, así como factores que aumenten su progresión en cada cerebro.
Justamente en ese afán, el medio de comunicación académico eNeuro logró revelar que el licor es una de las sustancias más perjudiciales cuando de este mal se trata.
De acuerdo a lo expuesto por el portal, se realizó un experimento que arrojó resultados muy dicientes. Un grupo de ratones fue expuesto a altos niveles de alcohol, tras lo que presentaron un declive cognitivo por lo menos dos meses antes de lo que debía darse, tal como mostraron aquellos que no fueron expuestos al componente.
No en tanto, transfiriendo las experiencias al conocimiento que se tiene de la mente humana, los profesionales determinaron que esta degeneración producida por el alcohol tiene más posibilidades de presentarse en un marco genético que ya tenga una predisposición para dicha enfermedad, lo cual podría acelerar su sintomatología por meses o hasta años.
Asimismo, este análisis fortalece las teorías previas que exponían que el alcohol no solo facilitaba su aparición, sino que también incrementaba los impactos del Alzhéimer en la vida, pues en la mayoría de los resultados de las muestras recolectadas, el riesgo de desarrollar demencia se dispara.
“Exploramos los efectos de la interacción entre antecedentes de intoxicación alcohólica y la susceptibilidad genética a la enfermedad de Alzheimer en el rendimiento cognitivo y la expresión génica a nivel de células individuales. Encontramos que los antecedentes de intoxicación alcohólica repetida promueven la aparición de deterioro en el aprendizaje espacial y la memoria en ratones presintomáticos de Alzheimer con triple transgenia (3xTg-AD)”, se lee en el estudio de la revista científica indexada.
Así, estos resultados marcan la importancia de mantener hábitos de consumo responsable de alcohol para preservar la salud cognitiva y prevenir el deterioro asociado con la enfermedad de Alzhéimer.
Los peligrosos efectos del alcohol en la hipertensión
La hipertensión, conocida comúnmente como presión arterial alta, es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por el aumento persistente de la presión ejercida por la sangre sobre las paredes de las arterias, lo que puede llevar a graves complicaciones cardiovasculares. Si bien existen múltiples factores que contribuyen al desarrollo de la hipertensión, uno de los más perjudiciales y a menudo pasados por alto es el consumo excesivo de alcohol.
El alcohol es una sustancia ampliamente consumida en nuestra sociedad, y es comúnmente asociado con celebraciones, momentos de relajación y diversión. Sin embargo, es crucial comprender los riesgos que el consumo excesivo de alcohol puede tener para aquellos que sufren de hipertensión. La relación entre el alcohol y la presión arterial alta puede ser complicada, lo que lleva a una falta de conciencia sobre los peligros reales que conlleva.
En primer lugar, el consumo excesivo de alcohol tiene un efecto directo en los niveles de presión arterial. El alcohol actúa como un vasodilatador, lo que significa que relaja y ensancha los vasos sanguíneos. A corto plazo, esto puede llevar a una disminución de la presión arterial, lo que lleva a la creencia errónea de que el alcohol puede ser beneficioso para quienes padecen hipertensión. Sin embargo, este efecto es solo temporal y a menudo seguido por un aumento significativo de la presión arterial.
De hecho, según la Clínica Mayo, no existe un estudio que realmente demuestre beneficios por el consumo del licor: “Los investigadores saben sorprendentemente poco sobre los riesgos o beneficios del consumo moderado de alcohol en adultos sanos. Casi todos los estudios sobre el estilo de vida, que incluyen dieta, ejercicio, cafeína y alcohol, se basan en el recuerdo del paciente y en la información veraz de los hábitos de cada uno durante muchos años.
Estos estudios pueden indicar que dos cosas pueden estar asociadas entre sí, pero no necesariamente que una cause la otra. Puede ser que los adultos que gozan de buena salud participen en más actividades sociales y disfruten de cantidades moderadas de alcohol, pero el alcohol no tiene nada que ver con hacerlos más saludables”.
Además, el consumo excesivo de alcohol tiene un impacto negativo en la salud general del corazón y del sistema circulatorio. Su consumo crónico puede debilitar el músculo cardíaco, lo que dificulta su capacidad para bombear sangre de manera eficiente. Esto puede llevar a una acumulación de líquido en los pulmones, insuficiencia cardíaca y otros problemas graves.
Fuente : Semana , Linda Rodríguez