El Gobierno, junto con empresarios y trabajadores, logró un incremento del 16 % por acuerdo y este viernes está por emitirse el borrador del decreto para desligar más de 200 ítems del incremento, en busca de evitar que la inflación se trague el aumento. No obstante, en los ingresos altos, otro es el panorama.
Una gruesa cifra de trabajadores en Colombia que devengan un salario mínimo al mes tendrá un incremento de 16 % en 2023, más el aumento del 20 % en el auxilio de transporte (que no lo reciben todos), lo que lleva a que en el próximo año, el ingreso mínimo para el trabajador formal sea de 1.300.000 pesos. Entre tanto, para los ciudadanos con ingresos más altos, la decisión que se tomó de manera concertada en la mesa tripartita tendrá una ‘multiplicación de los panes y de los peces’.
Todo porque el llamado salario integral, que como mínimo equivale a 13 salarios mínimos en la actualidad, no está en la lista de los ítems que desindexarán del salario mínimo.
En consecuencia, si el sueldo base en Colombia, oficialmente sube desde 1 millón de pesos a 1.160.000 pesos a partir del primero de enero, el salario integral más bajo será equivalente a 15.080.000 pesos.
La inflación es más alta en los estratos bajos
Es clave que todos los trabajadores en Colombia tengan mejores condiciones laborales, lo que incluye una remuneración adecuada y justa. Sin embargo, si se piensa en el discurso de redistribución de la riqueza, lo que sucederá con el incremento del salario mínimo y la relación que esa variable tiene con otros aumentos, sigue generándose un desequilibrio que no ayuda a que más colombianos tengan bienestar.
Los ciudadanos que devengan el salario mínimo en Colombia, en realidad, tendrán un margen de maniobra equivalente a 3,47 % en comparación con el salario que han devengado hasta ahora. Esa cifra real de aumento (3,47 %) resulta de descontarle al 16 %, que fue el incremento establecido, la inflación que tenemos en el país hasta noviembre: 12,53 %. Pero resulta que en los niveles más bajos de la pirámide socioeconómica, es mayor el gasto en rubros como la comida, que son los que han subido de precio de manera exponencial: en 27 %.
En consecuencia, cuando el Dane hace la medición del Índice de Precios al Consumidor (IPC), los resultados hablan por sí solos. Mientras en el estrato más alto de la pirámide poblacional la inflación es de 10,97 %, en el escalón más bajo es de 14,34 %. Para la clase vulnerable, el nivel de carestía ha subido en 14,17 % y para la clase media en 12,69 %.
Esas diferencias se explican porque la mayor parte de los ingresos de las clases de la base de la escalera social se los gastan en alimentos (no les da para más), que es el componente de la canasta familiar que más se ha encarecido.
Desindexar
Para este viernes está previsto que el Ministerio de Hacienda destape la lista con 205 ítems que serán desindexados del salario mínimo, con el propósito de que a los colombianos no se les esfume tan rápido el incremento del salario mínimo.
Según los datos que salieron a relucir en la mesa de negociación de política salarial, hay bienes y servicios que pertenecen a distintos sectores, como vivienda, transporte, trabajo. No obstante, el salario integral continúa ligado al incremento, es decir, será equivalente a por lo menos 13 salarios mínimos con el incremento establecido.
En consecuencia, bien por los trabajadores que tienen un ingreso alto (los que ganan salario integral deben asumir costos que para los trabajadores de menores ingresos son factores prestacionales que les ayudan a pagar los empleadores), pues es cierto que la meta final de una nación debe ser la promoción del trabajo decente; pero mal por los ciudadanos que ahora ven un alza con un número generoso, el cual, seguramente, no permitirá por mucho tiempo que experimenten una mejora en su capacidad adquisitiva. Peor aún por los que ni siquiera ganan el mínimo y trabajan en la informalidad, que son el verdadero punto en el que se debe enfocar una reforma laboral.
Fuente : Linda Rodríguez
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