Uno de los efectos de la edad radica en la pérdida de masa muscular, siendo reemplazada por grasa. ¿Por qué se cree que es más evidente en mujeres?
Uno de los efectos consecuentes por el paso de años radica en el aumento de peso, el cual tiende a ser más notorio en las mujeres. ¿Por qué?
Para nadie es un secreto que uno de los beneficios de la juventud es gozar de vitalidad y poderla demostrar de varias formas. Empero, la llegada de la edad es un momento que llegará en cierto punto y algunas personas se ven afectadas por perder las virtudes de la juventud.
La vejez trae consigno múltiples factores, tales como el aumento de grasa corporal consecuente a la pérdida de masa muscular. Los expertos de Cuídate Plus apuntan que el funcionamiento diario de los músculos implica que durante la vejez, genera que no cuenten con las facilidades del pasado y, por ende, su deterioro será significativo.
Para reemplazar el daño de los tejidos, el organismo naturalmente lo hace por grasa, influyendo así en el incremento de peso. Ahora bien, como las mujeres padecen menopausia al llegar a la adultez avanzada, aquel procedimiento hormonal aumenta la velocidad en la que los tejidos musculares se dañan.
Si bien esto es un escenario proveniente de la edad, también es importante tener en cuenta que queda en manos de las personas la forma por la cual en envejecimiento aparece, ya sea de forma retardada o prematura.
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Por un lado, y tomando en cuenta la experticia de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), se sabe que el tipo de vida que cada persona lleve generará afectaciones en el envejecimiento. El gasto energético empleado individualmente para realizar las funciones básicas tiene incidencia en los efectos de la edad.
Los expertos señalan que con la llegada de la edad, el gasto energético en reposo se reduce aproximadamente un 5 % cada diez años y, a partir de los 50, la contracción será de un 10 %. En ese orden de ideas, entre uno más gaste energía, las reservas serán menores en la vejez. No quiere decir que sea obligatorio tener poca actividad en la juventud, sino que hay que saber el modo por el cual la energía se distribuye.
Con el paso de las décadas, es necesario tener en cuenta que el consumo de energía se reduce, por lo tanto, bajar la guardia en la alimentación facilita ese fenómeno. Los especialistas recomiendan conservar mejores hábitos de consumo en la vejez, por el hecho que esto permitirá que la pérdida energética sea menos notable.
De la mano con este asunto, hay que señalar que las hormonas sexuales incrementan el gasto energético, por el hecho que la producción de andrógenos es superior a los estrógenos. ¿Qué quiere decir eso? Un déficit sexual termina desencadenando en la contracción del gasto energético, por lo que la ganancia de peso sea mayor.
La menopausia es uno de esos déficits hormonal sexual frecuentes en las mujeres. Para los expertos, esta es la principal causa del por qué ellas aumentan de peso con la vejez. Hay excepciones a la regla, pero el común es ese. No obstante, cuando este proceso fisiológico se mezcla con los malos hábitos, el resultado será más que consecuente.
El sedentarismo también tiene responsabilidad. Bajar la actividad física acarrea varias consecuencias, tales como deteriorar los tejidos musculares y óseos. Al no contar con la misma energía del pasado, las personas mayores suelen mantenerse más en reposo que en actividades. Por lo tanto, y a partir de los 30 años, el aumento de peso será frecuente cuando la falta de ejercicio se transforma en rutina.
Fuente : Semana , Linda Rodríguez
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